TINA

¿Quién es Tina Deutsch?

Tenía muchas ganas de que llegase el momento de presentarme ante todos vosotros. Soy una mujer alemana que se enamoró de Sa Roqueta en 1992, desde entonces, supe que mi hogar estaba en esta isla. Si me tuviera que definir sería como una persona auténtica y luchadora, de no ser así, no habría llegado donde estoy a día de hoy. 

Adoro mi familia, a mis dos hijos, a mi marido, y a mis pequeñas, y no tan pequeñas, mascotas, cuido mucho de todos mis seres queridos. También soy muy trabajadora, siempre estoy enfocada en mis metas: si quiero algo, lo quiero y lo consigo. Pongo mucha energía en todo lo que hago: “si puedes pensar en algo, lo puedes tener.”

Tengo que destacar que yo no nací siendo luchadora, lo acabé sacando con los años por pura necesidad, para sacar adelante a mis hijos siendo madre soltera y crear nuestro hogar.

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"Si puedes pensar en algo,
lo puedes tener"

Mallorca

Nunca me había planteado vivir en la isla, de hecho, al principio, no la veía con muy buenos ojos, para mí Mallorca era sinónimo de turismo barato, hasta que la pisé por primera vez. Fue gracias a un amigo, él se compró una casa vacacional en Alaró, y adivinad quién fue la siguiente… Cuando vine a visitarlo me gustó tanto la isla que enseguida alquilé una pequeña casa durante cuatro semanas.

Recorrí toda Mallorca, y cuando digo toda, es toda literalmente. No necesité nada más que un coche de alquiler y mis dos perros, un Gran Danés y un Pomeranian, para vivir una de las mejores aventuras de mi vida. Si a día de hoy hay lugares de Sa Roqueta que no encuentra Google Maps, imaginaros en aquellos tiempos. Las carreteras, la señalización… estuve más tiempo perdida que ubicada, pero gracias a ello pude encontrar lugares maravillosos que es mi definición de paraíso.

Fue en mi último día de aventura que me topé con la casa de mis sueños. Era en Alaró, cerca de la plaza del mercat. La compré. Eso fue otra odisea.

Primero, tuve que pagar la hipoteca del vendedor en el banco, con el recibo, fuimos al notario y firmamos el contrato de compra en el que, como era habitual en aquel entonces, no estaba el precio de compra completo, pero ese es otro tema que nos desvía de mi gran hazaña. Renové la casa, construí una piscina en el jardín que, gracias a mis vecinos mallorquines, y sus conocimientos sobre las regulaciones y normativas locales, me ahorraron muchos problemas o como dicen aquí: mal de caps.

Esto, como he dicho antes, fue en el año 92. Al principio veníamos de vacaciones, pero siempre que podía, alargaba la estancia. En 1996 tuve a mi primera hija, Maya, en mi casa de Alaró, y con un bebé era muy fácil viajar. Dos años después volvía a estar embarazada de mi segundo hijo, y con dos bebés de edades tan semejantes todo era más complicado. 

La casa de Alaró la disfruté mucho y mis ganas de vivir en Mallorca cada vez eran mayores. Pero si decidía trasladarme de forma permanente a la isla necesitaba encontrar la casa indicada para formar una familia. 

Billete solo de ida

Cuando lo tuve claro, empecé a buscar propiedades estando embarazada de mi segundo hijo, Yannis. Cada semana salía la revista Mallorca Magazin con anuncios clasificados, que estudiaba detenidamente y luego les contactaba por teléfono. Así encontré la finca Can Ramonet, mi hogar, en medio del campo entre Inca y Llubí, literalmente, en el centro de la isla. Mientras, vivíamos en una casa de alquiler ya que necesitaba vender la de Alaró.

Todo esto fue un proceso, no hubo un vuelo que marcó el antes y el después de nuestra antigua vida en Alemania y la nueva en Mallorca. Ya llevábamos mucho tiempo barajando la opción de venir a vivir a la isla, aunque en mi vida nunca ha habido mucha planificación, me gusta improvisar, se abren puertas y yo decido por cual paso.

Si pudiera hablar con la Tina de hace treinta años… le diría que bien hecho.